Rigor Mortis, El hombre que plantó un árbol para construir su ataúd y otras maneras de dejar el mundo
EAN13
9788416001804
Éditeur
Libros del K.O.
Date de publication
Langue
castillan, espagnol
Fiches UNIMARC
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Rigor Mortis

El hombre que plantó un árbol para construir su ataúd y otras maneras de dejar el mundo

Libros del K.O.

Livre numérique

  • Aide EAN13 : 9788416001804
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    5.99

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Una colección de reportajes periodísticos sobre la muerte en Bolivia

Raúl Mercado murió el mismo día en que decidió estrenar la camisa que
reservaba para su funeral. No fue el único detalle que parecía planeado.
Sesenta años antes, en una parcela familiar próxima a Suri, plantó un nogal
para que un carpintero construyera el ataúd en el que quería ser enterrado. El
9 de agosto de 2002, en las inmediaciones de la terminal de autobuses de
Yacuiba, aparecieron dos bolsas negras con los restos descuartizados de una
niña que nunca logró ser identificada. Por los extraños derroteros de la
superstición, a aquellos restos se les atribuyeron poderes milagrosos hasta
convertirse en objeto de veneración para contrabandistas y traficantes. Son
dos ejemplos de las historias contenidas en este libro sobre la muerte en
Bolivia.

Un libro original que retrata la muerte pero también la vida desde lo
cotidiano.

EXTRACTO

Un domingo templado, nueve años atrás, Raúl Mercado Salvatierra no logró
terminar el hígado de su almuerzo porque le sorprendió un mareo. Eran las doce
del mediodía y no se había atragantado con un trozo de carne, como muchos en
Suri, el poblado boliviano en el que vivía, pensaron luego. Su cuerpo
simplemente colapsó, como lo hace la tierra cuando hay un cataclismo. Y Raúl
se fue a cámara lenta. Sangró un poco por la nariz. Caminó desde la puerta de
la cocina hasta la del comedor balanceándose para los lados como un tentetieso
y, minutos después, murió de pie, con los brazos caídos de los muñecos de
trapo y la cabeza apoyada sobre el pecho de Marcelino Mendizábal, un campesino
de ojos vivarachos, manos tostadas y voz aflautada que a veces lo cuidaba.
Aquella jornada, como si algo presintiera, Raúl, que acababa de cumplir
ochenta y nueve años, le había pedido a la hermana de su empleada doméstica
que lavara toda su ropa y las sábanas y colchas de su cama. Se había calzado
el único pantalón que estaba limpio y, como no veía ninguna otra en
condiciones cerca, se había puesto una camisa blanca de corte italiano que
guardaba para su sepelio: la «camisa de muerto», así la llamaba. Nunca se
había atrevido a utilizarla y murió mientras la llevaba encima, mientras el
resto de su vestimenta, la de uso casual, se secaba al sol en el patio de su
casa.

SOBRE EL AUTOR

Álex Ayala Ugarte es español de nacimiento, boliviano de corazón y tartamudo
de vocación. Fue director del dominical del diario La Razón de Bolivia, editor
de periodismo narrativo del semanario Pulso y fundador de Pie Izquierdo,
primera revista boliviana de no ficción. Colabora con medios como El País,
Etiqueta Negra, Paula, Virginia Quaterly Review, Séptimo Sentido, Frontera D,
Internazionale, Ecos, Emeequis y otros. Ha participado en talleres de crónica
con periodistas como Alberto Salcedo, Francisco Goldman, Jon Lee Anderson y
Alma Guillermoprieto, por si se le pegaba algo de ellos. Fue Premio Nacional
de Periodismo de Bolivia en 2008.
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